Hace un par de días mi marido fue a la fiambrería y vio un par enormes de huesos de jamón casero que no parecían tener ninguna utilidad. Inmediatamente pensó en nuestros perros y preguntó el precio. Le dijeron que se los regalaban y al rato llegó a casa diciendo: “Adivina qué traje para los perritos!”. Cuando vi el preciado tesoro, esa osamenta con todo ese jamón pegado, le respondí que ni loca se los daba a los perros, que primero pasarían por mi cocina y por mi estómago y que después veríamos. Y así salió esta receta, con la base de un caldo de huesos de jamón.
Los perros igual salieron ganando. Después de cocidos y la mayor parte de la carne aprovechada para mi sopa invernal y económica (plato único), quedó aún mucha sustancia para que ellos disfrutaran. Les sacaron hasta la médula.
Ingredientes para 4 porciones:
2 huesos de jamón crudo (ibérico, prosciutto, o casero)
4 litros de agua
750 g. de vegetales variados
1 hoja de laurel
6 dientes de ajo
1 cda. de aceite de oliva
½ cda. de pimentón dulce
1 y ½ taza de trozos de pan duro
2 huevos crudos
Preparación:
El día anterior a la preparación de la sopa prepararemos el caldo poniendo a hervir los huesos de jamón en 4 litros de agua fría. La cocción llevará 3 horas a fuego suave y se debe retirar periódicamente la espuma que suba a la superficie, desechándola. En ella se concentran todas las impurezas y es necesario sacarla para obtener un caldo limpio. Si el liquido se consume, se agregará agua hirviendo para mantener el nivel del agua cubriendo los huesos. Una vez transcurrido ese tiempo y con el caldo tibio, retiraremos los huesos de jamón, envasándolos en un recipiente hermético o bolsa y refrigerando por separado huesos y caldo. Al día siguiente el caldo se habrá convertido en una gelatina y la grasa se habrá solidificado en la superficie. Se retirará la grasa con una espumadera y se descartará.
Separar un litro de caldo (el resto se puede congelar para utilizar en otra ocasión) y llevar a ebullición. Agregar 750 g. de vegetales a elección cortados en trozos regulares (cebolla blanca y de verdeo, zanahoria, calabaza, zapallito, pencas de acelga, apio, tomate, etc.). Hervir 15’ con una hoja de laurel, sin agregar sal. Mientras tanto raspar toda la carne adherida a los huesos del jamón y cortarla en trozos de 1 cm.
Filetear 6 dientes de ajo y rehogar las láminas en una sartén a fuego suave con 1 cda. de aceite de oliva, sin que lleguen a dorarse. Añadir los cubitos de jamón y continuar rehogando un par de minutos. Cortar en cubos un poco de pan duro, del día anterior, aproximadamente 1 y ½ taza, echar en la sartén, continuar la cocción durante 5’, revolviendo constantemente. El pan se debe secar y absorber el sabor del ajo y del jamón, sin llegar a dorarse del todo. Apagar el fuego y condimentar con ½ cda. de pimentón dulce.
Remover para que el pimentón se distribuya. Yo añadí a la sopa, a último momento, unos ramitos de brócoli blanqueados aparte durante 3 minutos, para que no se desarmen durante el hervor. Colocar el pan, ajo y jamón dentro de la sopa y permitir que retome el hervor. Agregar 2 huevos apenas batidos y revolver rápidamente.
Apagar el fuego en seguida, en cuanto se note que los huevos han cuajado. La sopa espesará bastante cuando el pan absorba el líquido y los huevos se cocinen, tomando una consistencia suculenta y cremosa.
Servir en platos hondos o cazuelitas de barro, acompañando con vino tinto. Ideal para noches invernales.
La familia, mascotas incluidas, todos felices. Panza llena, corazón contento.
Saludos!
Que delicia de sopa y qué alegria para los perros, jaja.
ResponderEliminarBesos